¡Hola, comunidad Habonim Dror!
Mi nombre es Camila, soy parte de la kvutzá shnat Brasil, más específicamente, de Rio de Janeiro.
Hablar del shnat de manera concisa es una tarea difícil. Además de ser una experiencia de meses, nuestro programa se divide en tres partes muy diferenciadas: kibbutz, Majon y comuna. Estuvimos unos dos meses en el Kibbutz Revivim, tuvimos contacto directo con algunos pilares de nuestra ideología. Fue un momento crucial para la profundización de los lazos kvutzatim y la idea de colectivismo. Esta vivencia también nos proporcionó una dimensión más clara del movimiento kibutziano y una mejor comprensión del funcionamiento de esta esfera de la sociedad, que fue importante para la fundación del estado y para la creación de la identidad israelí. En ese tiempo, trabajamos en diferentes áreas del kibutz, esto nos brindó visión más amplia del día a día en este espacio, hicimos ulpan, que fue fundamental para brindar más seguridad a los chaverim en el inicio del shnat.
Acabando el período del kibutz, tuvimos la oportunidad de participar en el programa Taglit, adaptado a las demandas de nuestro grupo. Después de 10 días de viajar por Israel, nos presentaron diferentes búsquedas y narrativas, planteándonos preguntas que no nos habíamos realizado en la primera parte del programa. Esto nos permitió comenzar los estudios en el Machon LeMadrichim, más atentos y con una mente más abierta.
En la segunda etapa, vivimos 4 meses en un campus en Jerusalén con jóvenes de toda América Latina y Estados Unidos. En este período, los futuros bogrim cuentan con clases fijas sobre temas imprescindibles para la vuelta y otras optativas que permitan la mejora de habilidades y / o una profundización en temas más específicos. En general, los principales temas abordados son la educación, el sionismo, el liderazgo y las identidades judías, generando recursos para enfrentar las adversidades que encontramos en nuestra vida y motivarnos a construir proyectos.
Además del programa de formación para la bagrut, este año el Machon nos dio la opción de participar en la “Mechina”. En esta segunda alternativa, la mitad del kvutzá shnat convivió a diario con israelíes, intercambiando percepciones sobre el concepto de sionismo y diáspora y creando conexiones entre judíos de diferentes esferas.
Después de un largo período de aprendizaje, estaremos durante unos dos meses en una comuna en Holon. Nuestra rutina es una combinación de trabajo voluntario, clases, tiulim, responsabilidades del hogar y tiempo kvutzati. Nuestras metas son formar un grupo unido para la dinámica de trabajo saludable para la vuelta, vivir un estilo de vida más colectivo dentro de un entorno urbano y alinear nuestras ideas y expectativas para tnua en Brasil. Como aún estamos en el inicio de esta fase, aún queda mucho por descubrir y repensar nuestros objetivos. Asimismo, certificamos que la comuna es fundamental para la realización más armoniosa del shnat.
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